En Montoro la procesión de Nuestro Señor Resucitado estuvo marcada por la participación, el buen tiempo y el esplendor. El chirrido de los zapatos de los primeros nazarenos, provocado por la acera caída en los últimos días, abría paso a un cortejo procesional en el que participaban más de 600 hermanos. Los más pequeños portaban campanitas y los más mayores se hacían cargo de los estandartes, varas y el repartidor de incienso. Se hizo la luz en un día luminoso, en el que los penitentes ponen fin a una semana espléndida, en la que no ha llovido ningún día y donde la Agrupación de Hermandades y el Ayuntamiento se sienten satisfechos del resultado final.
En Villa del Río el momento culminante tuvo lugar a las 11 de la mañana, con el encuentro del Resucitado con su Madre, la Soledad, que, cuando ésta llega a colocarse frente a su Hijo se le cae el manto negro que deja paso a uno blanco radiante que emociona a todo el que ha tenido la oportunidad de vivirlo.
En Cañete de las Torres la procesión del Resucitado partió de la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción a las 00.00 horas del domingo. La cofradía de los blancos estrenó imagen el año pasado y por segundo año consecutivo volvió a realizar el itinerario nocturno.
En Pedro Abad, por su parte, salió de la ermita del Cristo para encontrarse el Resucitado con la Virgen de la Alegría en la glorieta de la Centuria Romana. Esta procesión de la luz y el color estuvo marcada por la presencia de un gran número de musulmanes de varios puntos del mundo, que conocieron unas de las costumbres más arraigadas de nuestra provincia.
Por otro lado en Villafranca volvió a celebrarse la procesión ayer domingo con una nutrida participación de penitentes, la gran mayoría jóvenes. El pueblo también está participando cada vez más en esta celebración festiva. En Adamuz se celebra esta tarde la llegada de la Virgen del Sol, que protagoniza un encuentro con su Hijo en la Puerta de la Villa.
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