Un momento del discurso del alcalde, ante la imagen de la Virgen de los Remedios Coronada de Villafranca. |
"Este, un año tan especial, próximo al 25 aniversario de tu coronación, María reina y madre de Villafranca, me presento delante de ti como alcalde de este gran pueblo.
Han sido doce años únicos, que siempre llevaré en mi corazón, con la fuerza que da el recuerdo y la tranquilidad de tu presencia.
Un año más en nombre de todos los villafranqueños y villafranqueñas a quienes tengo el inmenso honor de representar, te pido que sigas siendo tú la Alcaldesa Perpetua de Villafranca.
Pablo VI dijo: “No despreciéis el recuerdo del camino recorrido. Ello no retrasa vuestra carrera, sino que la dirige; el que olvida el punto de partida pierde fácilmente la meta”.
Yo nunca olvidaré la primera vez que me dirigí a ti como alcalde de todos los villafranqueños, y estoy seguro de que nunca olvidaré la última. Gracias a ti nunca perdí mi meta como alcalde y como villafranqueño: intentar hacer de mi pueblo el mejor lugar para vivir y tener una familia.
Tú, Virgen María, lo eres todo en mi pueblo, porque tú eres Villafranca.
Ayúdanos tú, llena eres de gracia, en nuestra convivencia diaria, ayúdanos para que seamos buenos ciudadanos. Que sepamos convivir los unos con los otros. Que seamos tolerantes y abiertos con los que piensan de distinta manera a nosotros.
Ayúdamos para que nos convenzamos de que los problemas, las alegrías, los trabajos de nuestro pueblo son de todos. Todos estamos metidos en la misma tarea. Estamos obligados a entendernos, porque todos formamos el mismo pueblo.
Acógenos con nuestros problemas de cada día, con nuestras debilidades y deficiencias, nuestras crisis y faltas personales, familiares y sociales.
No permitas que perdamos la buena voluntad, no permitas que nos enfrentemos los unos con los otros.
Queremos tener en nuestra Corporación municipal la gozosa certeza de que están con nosotros en nuestros plenos. Que nos ayudes y protejas en nuestras decisiones. Tú, reina y madre, de Villafranca, coronada. Quédate con nosotros. Quédate en Villafranca. Quédate para hacer el bien a todos los ciudadanos villafranqueños. Quédate y sigue siendo nuestra alcaldesa siempre.
Cuentan que era una mañana agitada, eran las 8.30, cuando un señor mayor, de unos 80 años, llegó al hospital para que le quitaran unos puntos de un pulgar. El señor iba con prisa porque tenía una cita a las 9.00. Una médico comprobó su tensión arterial y pulso y le pidió que tomara asiento, sabiendo que quizás pasaría más de una hora antes de que alguien pudiera atenderlo.
Lo vio mirando su reloj y decidió, cuando ya no estaba ocupada con otro paciente, que podría examinar su herida. Mientras le realizaba las curas, le preguntó si tenía una cita con otro médico esa mañana, ya que lo veía intranquilo y apurado. El señor dijo que no, que necesitaba ir al geriátrico par desayunar con su esposa. La médico le preguntó sobre la salud de ella. Él le respondió que ella hacía tiempo que estaba allí, ya que padecía Alzheimer. Le preguntó si ella se enfadaría si llegaba un poco tarde. Le respondió que hacía tiempo que ella no sabía quien era él, que hacía cinco años que ella no podía ya reconocerlo. A la médico le sorprendió, y entonces le preguntó: ¿Y usted sigue yendo cada mañana, aún cuando ella no sabe quién es usted?
El hombre la sonrió, le acarició la mano y le contestó: “Ella no sabe quién soy yo, pero yo sé aún quien es ella” A la médico se le erizó la piel y tuvo que contener las lágrimas mientras él se iba, y pensó: “Ese es el tipo de Amor que quiero en mi vida”. El amor verdadero no es físico ni romántico. El amor verdadero es la aceptación de todo lo que es, ha sido, será y no será”.
La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo; ellos sólo hacen todo lo mejor que pueden.
Como dijo un filósofo alemán: “amar es encontrar en la felicidad de otro tu propia felicidad”.
Ayúdanos, tú, Virgen María, a que historias como esta se graben en nuestro corazón y nos sirvan para ser felices y hacer felices a los que nos rodean.
Nuestra vida, el día a día de cada uno de nosotros, está llena de pequeños detalles como estos, en los que a veces no reparamos y que nos diferencian como seres humanos y nos ayudan a valorar las cosas realmente importantes de la vida.
Ayuda a nuestros empresarios, trabajadores y todas las personas que han sido víctimas del azote del paro, para que cada uno, desde nuestra responsabilidad, seamos capaces de superar estos momentos de incertidumbre y tensión que estamos viviendo.
Todos, apoyándonos los unos en los otros y con tu ayuda, nuestra Virgen de los Remedios, la Virgen de todos los villafranqueños, podremos superar esta crisis y salir de ella reforzados como personas y como pueblo.
No quiero terminar sin agradecer a esta hermandad, junta de gobierno y a todas las personas que han tenido el privilegio de ser hermanos mayores durante todos estos años, así como al resto de hermandades y colectivos de nuestro pueblo, el esfuerzo y apoyo que durante todo este tiempo me habéis ofrecido.
Felicitar y agradecer a nuestro párroco, don Manuel, por su grandiosa labor que está haciendo en nuestro pueblo, en especial con los jóvenes, y su rápida adaptación a Villafranca, donde estoy seguro que se siente ya como uno más entre nosotros.
Lo reconozco, no era fácil, el listón estaba muy alto, pero gracias a la ayuda de nuestra Virgen de los Remedios y a la generosidad de nuestro pueblo, has sabido ganarte nuestro cariño y respeto.
Solo me queda desearos a todos los villafranqueños y villafranqueñas que en estas fiestas tan especiales disfrutemos junto a nuestras familias y amigos en torno a nuestra madre y patrona. Que nuestra Virgen de los Remedios nos dé fuerza para seguir luchando y podamos hacer de Villafranca un pueblo cada vez más solidario, humano y respetuoso.
En recuerdo de los que hoy ya no están entre nosotros, que sintieron a Villafranca y esta patrona como suya. Vila la Virgen de los Remedios, Viva nuestra Madre y Patrona, Viva Villafranca de Córdoba".
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