miércoles, 14 de septiembre de 2011

Comienza la feria de Pedro Abad con pregón, toque de tambores y cornetas y animadas casetas





REPRODUCCIÓN ÍNTEGRA DEL PREGÓN DADO ESTA NOCHE POR JUAN MANUEL ADÁN GAITÁN.

Sra. Alcaldesa, Concejales, y vecinos en general.

Quiero dar las gracias a nuestra Alcaldesa Maleni y a su equipo de gobierno, por el gran honor de llamarme para estar con vosotros como pregonero de las ferias 2011.
Agradecer también el acordaros de mi hermano Félix, que quiere intensamente a éste pueblo, con pasión.
Esto de ser pregonero no sé muy bien que es, pero yo, en mi ignorancia, espero estar a la altura, teniendo en cuenta que soy una especie de explorador en busca del Dorado, que es el pueblo que me vio nacer, aquí, en los hurtos familiares, en una época donde las mujeres parían donde rompían aguas. Entonces parían y no daban a luz, también parían machos y hembras, y no varones y féminas, que andamos muy finos últimamente, con eso de guardar distancias con los animales. Se juntaron cuatro mujeres del vecindario, organizaron la enfermería, tocó un rato en que saliese, todo morado, ahora le llaman sufrimiento fetal, creo, debí pesar un quintal, corrió mi tía Antonia donde el cura, para que me bautizase rápido, por si acaso, primero arreglar las cosas con él altísimo. Así era la vida entonces. Los huertos era un mundo de gente humilde y joven, que subía en fila india los días de feria, cada pareja con se recua de chiquillos y chiquillas, al paseo, mis primeros recuerdos son los puestos de chucherías, el hombre que vendía los higos chumbos, ya pelados, por unidades, el fotógrafo que te montaba en un caballito de cartón piedra, te ponía un sombrero cordobés clarito, y te inmortalizaba para toda la vida, en una fantástica foto de esas que en la actualidad no se hacen, los carruseles de caballitos, los tiros al pichón, creo que era feliz bajo la protección de mis abuelos, en Fray Ceferino. Mis hermanos y hermana se lo pasaban mejor, independientes, los mayores en la edad del pavo o casi, cuando las hormonas andan revueltas y todo va de chicos y chicas. ¡Qué trabajo esto de pasar las ferias buscando pareja como los pichones! Esto no cambia, que yo sepa. Incluso en el pum, pum, pum del bacalao que se te clava en la medula, los jóvenes a pelarla, de otra manera, no como antaño, dando vueltas al paseo.
Como sabéis las ferias que conocemos hunde sus raíces en aspectos religiosos de la convivencia, el protagonismo giraba en torno al Cristo y su ermita, un afamado antiguo Cristo que atraía multitud de carretas repletas de gente que aparcaban en torno al sagrado lugar, los santeros, sacaban sillas donde se sentaba la élite local y otros venidos de la capital, perdida esa costumbre, surgió la pequeña banda de música, vestida con uniforme marcial, tocaba el himno nacional en un sepulcral silencio antes de pasar a los oficios religiosos, a los que acudían las familias con las visitas que esos días venían de otros pueblos, al salir de misa, bajaban todos a sus casas, donde se esforzaban en preparar una almuerzo lo más aparente posible, entre el inevitable bullicio de chicos y grandes. Ferias austeras que cohesionaban la sociedad perabeña, unidos a sentimientos milenarios, me refiero al amor profundo de la sangre y la tierra que nos impulsa a disfrutar de las ferias desde otros aspectos, olvidando por unos días los sinsabores de la rutina cotidiana, la mala foyá del vecino, o el devenir incierto. Mezclamos el ideal de lo que creemos ser, como unidad, en un área mística de lo que somos en lo colectivo, creamos identidad colectiva que no sabemos si eso es así, pero necesitamos creer, creer y lo reforzamos, para poder seguir, sentir que nuestro proyecto es común, que pertenecemos a un proyecto común y no estamos definitivamente solos en el universo, que tenemos nuestra Luna que es Pedro Abad, única, distinta, se ponga el mundo como se ponga, que nadie nos va a echar de ella, que la manada nos defenderá y, sino brillamos, brillaremos, brillaremos tanto que hasta los de El Carpio se maravillaran de nosotros, aunque parezca mentira, y todos nuestros sufrimientos pasados se consideraran el peaje necesario para nuestra inmortalidad identitaria, la que escribirá la historia y si no la escribe, eso se ha perdido el mundo. Realidad e ilusión son los elementos que forjan nuestra identidad. Disfrutemos de la fiesta respetando a las mujeres evitando el machismo, a los homosexuales, a todo aquel bicho raro que surja como de la nada, ya sabemos que aquí se respeta, pero importante recordarlo, que intentemos beber con moderación y las otras drogas mejor ni tocar, no aportan nada bueno, nada que merezca la pena, aunque fuesen parte de los rituales antiguos, de cuando éramos túrdulos. En la actualidad solo aportan vacío, apariencia, capital para gente que nos roba la vida. La danza no puede faltarnos, la relación social, distinta con cada persona, con unos hablaremos de deporte, con otros de libros, con los ancianos de sus achaques y con las chicas de dulce hablar ¿qué? Recuperar las Ferias de Día; las actividades, que aglutinen a una masa social más vario pinta, donde los mayores tengan cabida aunque sea de espectadores, con aquellos juegos populares que gustan a todos como; las carreras de sacos, de cintas, de camareros, y un servidor incluiría, de bicis normales, carrera en bañador o biquini, concurso de fe@s, karaoke, chistes o piropos; bailes como la patata, escoba o la silla; verbenas populares donde se pueda pedir baile. Su pongo que no diré nada nuevo y que es complicado desarrollarlo, pero al final todo es empezar, y no dejarlo todo en casetas privadas donde prime casi en excluida la fiesta nocturna trasnochadora.
   Un emocionado recuerdo a todos nuestros mayores, a quienes nunca podremos estar lo suficientemente agradecidos por todo lo que han hecho por nosotros.
   Mencionar a Sebastián Regalón, Juan Serrano Melendo, Purificación Contreras Jurado, Morales y a todos aquellos a nos han abierto las puertas de su casa como; María Laín, Pedro Ruiz, Antonio Pérez, Ángel Galán, Maruja Cerda, Alfonso Galán Cáceres, Matías Prieto Reyes y al reportero Rafael Castro, un tipo fantástico.
   Para finalizar os deseo que pasemos unas felices ferias 2011 y que participemos en todos los actos y actividades programadas desde La Concejalía de Cultura y Festejos y a las distintas Asociaciones Culturales.
   Como dice Rafael Villarejo desde las Ratas a La Pesca y al Gato Palo, todo es Pedro Abad ¡Viva Pedro Abad!

Vivan las ferias.

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