“Espero que la muerte de mi mujer sirva para algo”

“Espero que la muerte de mi mujer sirva para algo”. Así de tajante se ha mostrado el viudo de Carmen Ponce, la mujer que el pasado 11 de abril cumplió 85 años y que falleció al ser arrastrada por la riada sufrida el pasado miércoles, 18 de mayo, en Cañete de las Torres. Juan González, que es cinco años más joven que su esposa, relataba a este periódico que “desde hace décadas viendo solicitando al Ayuntamiento, por activa y por pasiva, que solucionen el problema de la fuerte avenida de agua que recibíamos en mi casa cuando llovía, y le ha tenido que tocar a mi mujer”. Juan González recuerda que todo los cogió de improviso, “ya que nos encontrábamos en la parte trasera de la casa, donde tenemos un pequeño almacén—garaje, y nos dispusimos a abrir la puerta de atrás, para que saliera el agua que fluía desde dos pequeños desagües que tenemos en este lugar”.

   Pero no se imaginaban que la riada iba a romper la puerta de entrada de su casa, lo que hizo que se los llevara a los dos por el cauce del arroyo Cañetejo, pero se pudieron coger de la mano hasta que finalmente Carmen Ponce fue arrastrada arroyo abajo, apareciendo cadáver a un kilómetro de donde desapareció. Juan González asegura que “a mi no me quita nadie que si se hubiese solucionado mejor lo del arroyo, mi mujer estaría aquí con nosotros”. También hace una clara observación: “Si la riada hubiera ocurrido de madrugada, hubieran muerto más de cincuenta personas”.
   Juan González recuerda cómo fue capturado desde lo alto de una máquina cosechadora por un bombero. Con total naturalidad y absorto de lo que ha vivido durante horas, este hombre de 80 años de edad, agricultor de toda la vida, relata que quedó atrapado por varios minutos por los pies y que no se podía mover, cuando toda la avalancha de agua golpeaba contra su cuerpo, “pero finalmente me pude ir elevando hacia la máquina, cuando al poco tiempo un bombero me sacó por su pie hasta la calle”. Manifiesta que fueron momentos de tensión, angustia, incertidumbre y desconcierto.