Juan Manuel Adán. |
Me ha dado que pensar las razones por las cuales él propietario de una villa de Sácilis Martealium, un ciudadano bético-romano, encargó las estatuas de las divinidades griegas Apolo y Dionisos, figuradas en efebos.
- ¿Porqué efebos?
-La clave nos la da Platón:
-Nada más bello, que un hermoso efebo.
-Creo que es en “El Banquete”, donde deja bastante claro el ideal griego del amor del varón. Los griegos, concebían el amor ideal exclusivamente masculino, entre hombres. Un acto de machismo llevado al extremo. La mujer como fábrica de engendrar, encargada del hogar. La mujer, un ser pesado, un dolor de cabeza.
- ¡Qué alegría salir de casa y perderla de vista.
-El hombre que se enamora sinceramente de una chica, era un pobrecillo, calzonazos. La deshonra de los hombres.
- El gineceo, lugar de la mujer. Solamente estaba bien visto el que las mujeres saliesen de casa con carabina, a casa de alguna amiga y, si eras pobre, la esposa podía salir a trabajar, especialmente de vendedora en el mercado. Aunque bien es cierto, que en los festejos espartanos en honor a los Dioscuros, los míticos argonautas; Castor y Pólux , danzaban las jóvenes espartanas desnudas cantando canciones eróticas, incitando a los chicos a secuestrarlas para hacerlas madres, y salvaguardar la estirpe peloponesia. Los chicos que no conseguían mujer, y persistían en el celibato, en el sexo exclusivamente entre hombres, debían pasear desnudos, en la plaza, algunas noches de invierno, cantando canciones aludiendo a su estupidez por no tener mujer. También encontramos a las jóvenes, contorneándose al son de la flauta, en los festejos callejeros a Dionisos.
-La máxima expresión del amor entre hombres lo vemos en La Sagrada Tebas. Esta insigne ciudad, contaba con un cuerpo de élite militar “La Falange Sagrada Tebana”. Un cuerpo compuesto por honrados padres de familia que, junto a su amante, un chico más joven, formaban formidables parejas guerreras que no se rendían. Los aniquiló, Alejandro Magno.
-Finalmente comentar, que las mujeres griegas practicaban sexo entre ellas. Famosa es la academia de la poetisa Safo de Mitilene en las isla de Lesbos, de ahí lesbiana, donde las chicas, mantenían contacto físico mutuo.
-De veras, estar muerta querría.
-Ella me deja y entre sollozos así me decía. Safo de Mitilene.
-Por tanto, interpreto que nuestro personaje bético-romano era bisexual.
Por: Juan Manuel Adán Gaitán.
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