Antonio Espino Quesada es cabo corneta en el Imperio Romano de Montoro, donde salió por primera vez en el año 1965. Tenía 16 años.
--¿Qué le llevó a ser romano?
--Que frente a mi casa vivía Juan Antonio Alhama, que era en aquel momento el cabo corneta del Imperio Romano. Su hijo, José, que está con nosotros, salí de cornetín. Aquello me embrujó y de vez en cuando tocaba la corneta. Más tarde acudía a los ensayos y cuando los romanos descansaban yo aprovechaba para tocar la corneta.
--¿Cuánto tiempo lleva de cabo de cornetas?
--Desde el año 1973.
--¿Cómo vive la Semana Santa?
--Como romano es algo espectacular. Soy carpintero y arreglo muchos pasos, pero lo que me tira es vestir de romano. Lo he vivido desde pequeño, por lo que el Imperio Romano es mi pasión y mi vida.
--¿Por qué cree que llama tanto la atención el Imperio Romano?
--La gente de fuera me dice que no se imaginaba lo que es el Imperio Romano, con tanta gente. Cuando comencé a salir la banda era menos numerosa y hoy ver el Imperio con más de 400 romanos es algo inédito. Nuestro colorido, la formación y los sones militares impone.
--¿Cuántos miembros tiene la banda hoy?
--La banda se compone de 110 miembros, de los cuales 50 son cornetas y unos 60 tambores. Hay que destacar que llevamos tiempo incorporando marchas nuevas. Nuestro toque es militar, por eso queremos que nunca se cambie. Si le quitas a la Semana Santa de Montoro sus romanos, le faltaría algo grande.
--¿Cuál es para usted el momento más emotivo de toda la Semana Santa?
--Hay muchos momentos, pero como el desfile del Viernes Santo a las 19.00 horas no hay otro. Aparte es espectacular la salida de la iglesia de San Juan de Letrán. Los romanos no podemos formar debido a que son muchas las personas las que inundan la plaza. Cuando se apagan las luces para ver salir a Padre Jesús es el momento cumbre. Lo que ocurre es que con mi edad, procuro no estar. Este año voy a hacer todo lo posible por no perdérmelo.
--¿Cómo se viven los ensayos?
--El gusanillo ese es casi más que la Semana Santa. Esos dos meses de ensayo se viven con mucha intensidad.
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