El nuevo alcalde de Cañete de las Torres, Félix Romero, abre las puertas del gobierno del PP en nuestra comarca al lograr la primera alcaldía de la democracia. El nuevo alcalde abrió su discurso encomendándose a Nuestra Sra. María Santísima del Campo Coronada, "patrona y única alcaldesa perpetua de nuestro pueblo". Romero se mostró agradecido a todo el pueblo de Cañete, a su equipo y a su familia, "consciente de que mi madre vive junto a la familia que hizo de mí lo que soy". Romero agradeció de manera especial su presencia a sus hermanas y a su padre, "testigos directos de mis desvelos. A ellos le debemos también parte de mi trabajo, pues son ellos los que dan prestado al pueblo, sin nada a cambio, una parte importante de mí". El edil popular añadió que no estaría ahí sin el respaldo infatigable de quien dejaba sus labores agrícolas para acompañarle en los plenos y comisiones de la anterior legislatura, "Manuel Jiménez. No estaría sin Mari Paqui, mi presidenta, ni sin Concha Galán, Fermín Serrano, Juan Serrano, Isidoro Serrano, Cristóbal Ruiz, Manuel Carrillo o Miriam Cabello, concejales, que fueron, todos ellos de éste Ayuntamiento".
Indicó que el día de su toma de posesión no le pertenecía solo a él, "sino también el día de quien no podía dormir por las noches para que todo saliera a la perfección, Pepe Moyano, es el día de Martín Parras, mi amigo desde la niñez. Hoy es vuestro día. El día de quien colgaba la bata blanca para asistir a la reunión, Clemente Olmo, el día de quien dejaba a su madre con su hija para elaborar un proyecto para nuestros mayores, Magdalena Torralbo, el día de quien pedía cambios de turno en el trabajo para dedicárselos a la campaña, Antonio Vilchez o el día de quien quitaba horas a sus estudios de oposiciones para estar cerca de nosotros, Chari Moyano".
Tampoco se olivó de Juan Francisco Aguilera, "ya que él y yo sabemos los momentos que hemos vivido juntos, ni me olvido de Ana Mari García, mi maestra, ni de Manoli Cuenca, ni de Ángeles Fernández, ellas dejaban a sus hijos para trabajar por nuestro pueblo. Hoy es el día de Mari Pepa Fernández, que tras sus largas jornadas de trabajo siempre, estaba dispuesta con la mejor de sus sonrisas".
Hoy no solo es nuestro día, dijo, sino también el de personas que por vez primera se asoman al servicio público, José Montalbán y Martín Torralbo. "Felicidades también a vosotros. Compañeras y compañeros de Corporación, enhorabuena".
También agradeció al alcalde saliente, Diego Hita y a todo su equipo de gobierno, "su servicio a nuestro pueblo y agradezco igualmente su labor a personas como Rafael Rojas, Juan Antonio Linares o Francisco Jiménez, alcaldes democráticos de nuestro pueblo". y
El flamante alcalde añadió que "nuestra tarea es responder a la llamada y a las necesidades del pueblo, que estos estos años de atrás ha sentido en él la necesidad de sus vecinos, las necesidades de los agricultores, de los autónomos, de los jóvenes, de los mayores, de las mujeres o de los parados. Venimos a paliar sus deseos, "por lo que os pido en el día de hoy, sin mirar ideologías, que necesitamos unirnos todos para mejorar Cañete, que no podemos distraernos mirando a izquierdas ni a derechas y que para avanzar solo podemos mirar al frente y al futuro".
CONTINUACIÓN DEL DISCURSO: "El éxito y el progreso de nuestro pueblo depende del esfuerzo conjunto de los que aquí estamos. No digo que todos tengamos que acatar una forma pero si debemos aceptar unas reglas comunes para afianzar lo que nos une. Lo bueno para el pueblo debe ser bueno para todos.
Creo profundamente que no podemos resolver los desafíos de nuestro tiempo, a menos que los resolvamos juntos - a menos que perfeccionemos nuestra unión entendiendo que podemos tener diferentes puntos de vista, pero tenemos esperanzas comunes.
No todos venimos del mismo origen, pero todos buscamos el mismo destino, un futuro mejor para las generaciones venideras.
Tengo fe en que cientos de cañeteros quieren creer que esto suceda, la gente está cansada de ver el servicio a los demás como herramienta de ataque. Ellos no quieren que estemos aquí para menospreciar o para dividir. Así que todos tenemos trabajo que hacer.
Propongo la legislatura del dialogo y de la conversación permanente, de los acuerdos.
Pero esta tarea no solo es nuestra. Quiero que todo el pueblo sea el motor del cambio. Imaginad 3200 personas trabajando por el mismo objetivo, imaginad la fuerza de 3200 corazones latiendo al mismo ritmo. El cambio se alimenta de la unión del pueblo
Hoy nos reunimos porque hemos elegido priorizar las soluciones sobre los problemas, la unidad de propósitos sobre las diferencias. Ha llegado el momento de reafirmar nuestro compromiso con el pueblo: de llevar hacia adelante esa noble idea que ha pasado de generación en generación: todos somos libres y todos merecemos igualdad de oportunidades.
La grandeza como pueblo dependerá de nuestro trabajo, nuestro camino es el inconformismo, debemos de actuar, pasar a la acción.
Somos conscientes de que la grandeza nunca es un regalo. Debe ganarse.
Debemos tener presentes a los que vivieron y sufrieron antes que nosotros. Hombres y mujeres que se sacrificaron y trabajaron hasta tener llagas en las manos para que pudiéramos tener una vida mejor. Cañete de las Torres es más grande que la suma de sus vecinos, más grande que todas las diferencias y tenemos que emplearnos para hacerlo más grande aún.
Los pueblos, para poder permanecer, tienen que cambiar. No se trata de un cam¬bio por el cambio, sino de un cambio para reconstruir y para construir los pueblos, reforzarlos y proporcionar a sus vecinos calidad de vida.
Vivimos en una prosperidad sin parangón, pero heredamos una economía enferma de manera generalizada, debilitada por la carencia de empleo. Tenemos que ser capaces de ofrecer respuestas en tiempos difíciles.
Aunque delante tenemos retos complejos, también son enormes nuestras fuerzas. Los cañeteros hemos sido siempre un pueblo esperanzado. A nuestra misión debemos sumar hoy la visión y la voluntad de los que vivirán aquí mañana.
Debemos hacer lo que ninguna generación ha tenido que hacer antes. Debemos invertir más en nuestro pueblo, en nuestra gente, en sus trabajos, en su futuro, y al mismo tiem¬po recortar nuestra deuda. Y debemos además hacerlo con eficacia, con claridad y con sentido común.
No va a ser sencillo; exigirá sacrificio, Pero puede hacerse. Debemos velar por el bienestar de nuestro pueblo, del mismo modo que una familia vela por el de sus hijos.
El futuro es el de las generaciones que vienen, el pueblo para el que defendemos nuestro presente, las calles y las plazas de Cañete que le hemos pedido prestadas a nuestros abuelos, y con las que tenemos una gran responsabilidad para depositarlas, en las mejores condiciones, en las manos de nuestros nietos.
Debemos hacer lo que Cañete hace mejor: ofrecer soluciones y exigir la implicación de todos.
Es hora ya de que rompamos con el mal hábito de esperar algo a cambio de nada. Asumamos todos más responsabilidades, a los hombres y mujeres que ahora están en casa y piensan que no tienen nada que aportar, debemos de demostrarle lo contrario.
Y por ello os digo, a todos los que estáis aquí presentes, y a los que no; emprendamos el cambio de nuestro pueblo unidos.
Hagamos de nuestro Ayuntamiento un lugar para resolver los problemas de la gente, hagamos juntos un Ayuntamiento que trabaje para nuestro mañana, no de nuestro ayer.
Sin lugar a dudas, Cañete debe avanzar y crecer. Reconstruyamos Cañete, no debemos abandonar ninguno de nuestros compromisos.
Vecinos, vosotros tenéis un papel que desempeñar en este cambio.
Lanzo el reto a una nueva generación de jóvenes cañeteros para que os impliquéis en una nueva época de servicio a los demás, para que ayudéis a dar más futuro y mas desarrollo al pueblo.
Al servir a los demás, reconocemos una verdad sencilla pero pode¬rosa, necesitamos unos de otros. Y debemos cuidar unos de otros. Así ocurrió y así seguirá ocurriendo.
El pasado 18 de mayo la naturaleza nos puso a prueba y el pueblo respondió con unión, con fortaleza y con humanidad. No necesitamos pruebas de este tipo para demostrar, día a día, que queremos lo mejor para nuestro pueblo y que, sea cual sea la dificultad, vamos a superarlo. Esto solo es una muestra de todo lo que podemos llegar a conseguir juntos.
El camino por delante será largo y tedioso. Habrá percances. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas. Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan.
Vale la pena unir nuestras manos, entendernos y solucionar las necesidades de un pueblo que espera mucho y más de todos nosotros. Vamos a intentarlo".
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