Grupo de universitarios, con la ministra ana Pastor y la alcaldesa de Madrid, delante de la Casa Patio. |
Detalle de la feria celebrada en Madrid. |
Un equipo formado por cuatro universidades andaluzas (Sevilla, Granada, Málaga y Jaén), coordinado por el arquitecto cordobés Rodrigo Morillo--Velarde, ha sido segundo, detrás de Francia, en una interesante competición internacional denominada Solar Decathlon. El proyecto ha consistido en la ejecución de una Casa Patio, a tamaño real, en la que todo funciona bajo la energía del sol y concluyó en dicho concurso de diez pruebas. De ellas, se ha llevado siete premios (eficiencia energética, sensibilización social, balance eléctrico, segundo premio en innovación y en sostenibilidad, entre otros). Este equipo, denominado “Andalucía Team”, fue elegido entre 20 de las 102 universidades presentadas el certamen.
El proyecto consiste en una vivienda prefabricada por módulos, que tiene el tamaño preciso para ser transportada por carretera, y cada uno de ellos es un uso de esta casa (salón, cocina, dormitorio con baño en suite y otro en el que están incluidas todas las maquinarias de la casa). Lo característico de esta casa es que todos los módulos se ubican en torno a un patio central, con lo que se reinterpreta del patio tradicional andaluz, que forma parte de la arquitectura mediterránea y su estructura es a través de una pieza prefabricada.
Interior de la casa patio. |
El arquitecto cordobés afirma que “este tipo de Casa Patio nos permite ahorrar energía en climatización, porque el patio está cubierto por un sistema de cerramiento de vidrio, tanto en los laterales como en el techo y, mediante un smartfone, aipad o cualquier otro sistema de domótica, se puede abrir y cerrar”. Fuera del vidrio tiene unas hojas, como unas lamas, que se pueden abrir y cerrar. En verano se cierran las hojas para que el espacio esté en sombra y en invierno se abren para que haya ventilaciones cruzadas y entre el sol, produciéndose un efecto invernadero que acumula calor en el interior. Al no tener financiación pública, este equipo ha ido puerta a puerta solicitando material y mano de obra a más de 60 empresas, que han sufragado la totalidad del proyecto y ejecución del mismo. Uno de los más fuertes ha sido el de Torrero-Torinco, que ha aportado toda la carpintería de madera, “que nos ha ayudado a ganar la prueba de eficiencia energética, porque la calidad era muy buena, ya que eran de madera, no tenían puentes térmicos, vidrios triples, etcétera”, comenta Morillo-Velarde. El “efecto botijo” ha causado también la admiración del jurado y se ha aplicado en las aguas grises de la casa (ducha, lavabo, lavadora y lavavajillas), que son reutilizadas con una depuradora natural por decantación y luego se emplea para regar la fachada de cerámica mediante riego por goteo, que la humedecen y refrescan el interior de la casa. El objetivo es que esta tecnología, que se está investigando día a día en las universidades andaluzas, se traslade a las nuevas construcciones, posibilitando la rehabilitación de edificios mediante este efecto, o estudiar cómo cerrar los patios para que funcionen bien en invierno y verano.
Morillo—Velarde argumenta que esta Casa Patio introduce también plantas dentro, así como dos estanques a través de los cuales, cuando se producía una ventilación cruzada, se humedecía todo el patio. Este proyecto ha sido el resultado de una inspiración en torno al patio cordobés. Con ello se ha demostrado al resto del mundo que la tecnología también está en la tradición.
A través de este sistema constructivo es más posible salir de la crisis económica. Comenta Morillo-Velarde que “los medios que tenemos hoy son más limitados y hay que utilizarlos con más cabeza”.
Este certamen comenzó en el departamento de energía de Estados Unidos en el año 2002 y se celebraba de forma bianual. En el 2010 salió por primera vez en la historia fuera de Estados Unidos y las dos primeras ediciones fueron en Madrid. Las siguientes rotarán por otros países.
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