Hace ya algunos años, tantos que podrían ser suficientes para olvidar lo sucedido, nuestros caminos se unieron en el Colegio San Francisco Solano de Montoro. Allí tuvimos la suerte de tener muy buenos profesores, pero hubo uno que quedó en nuestra memoria grabado para siempre. Ese “maestro” nos enseñaba diferentes asignaturas, pero lo recordamos, sobre todo, por su amor a la historia y al arte.
Nos enseñaba a pintar, a utilizar nuestra imaginación, nos ayudaba a mejorar, nos exigía mucho y de qué manera, a pesar de su semblante serio nos hacía reír, sobre todo cuando representábamos obras de teatro que él preparaba con un cariño y una paciencia infinita, haciendo de esas representaciones unos de los actos más concurridos de todo el año. Ese “Maestro” con mayúscula es D. Santiago Cano López.
Nuestro colegio aún recuerda su paso por allí y testigo de ellos son los mosaicos y cuadros que llevó a cabo con ayuda de todos sus alumnos y alumnas. Hoy están expuestos en sus clases y en sus pasillos, convirtiéndose en parte de su patrimonio cultural y en un orgullo para todos.
Queremos agradecerle su compromiso y su trabajo por Montoro, esa ciudad que le acogió durante muchos años y en la que ha dejado una huella imborrable.
Se ha ganado, por mérito propio, ser considerado como un Montoreño Ilustre y un referente a seguir por todos los amantes de nuestra dilatada historia.
Con nuestra presencia hoy aquí, queremos dejar constancia de nuestro gran cariño hacia él y su familia.
Muchísimas gracias por todo, D. Santiago.
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