“Las fusiones de las cooperativas dan mayor rentabilidad social”

LUIS RIVAS, PRESIDENTE DE LA SCA LA MERCED, DE MONTORO

Luis Rivas, presidente del consejo de administración de la SCA Nuestra Señora de la Merced, de Montoro, una cooperativa olivarera que cuenta con cien socios activos y que el pasado sábado celebró sus bodas de oro. Rivas ostenta este cargo desde el año 2007, fecha en la que salió como presidente Gerardo Veredas Medina, que estuvo al frente de la misma durante 36 años. La Cooperativa de la Merced molturó por primera vez en la campaña del año 1959—1960, en unas instalaciones alquiladas al Patrimonio Comunal Olivarero, que en aquellos años eran los almacenes reguladores, del antiguo sindicato vertical del olivo. El resultado de esta cooperativa, según Rivas, es el resultado de unas conversaciones previas de 52 olivareros de Montoro que, tras una serie de reuniones, la idea era crear una cooperativa en esta localidad, ya que no existía ninguna. Esta cooperativa pertenece al Grupo Hojiblanca junto a otras 97 cooperativas.

--¿Qué nos puede decir antes de los inicios de la cooperativa?

--Concretamente que la aceituna de Montoro se molturaba básicamente en dos industrias agroalimentarias de la localidad, que eran Carbonell y CIA, que compró las instalaciones de Francés, o en Industrias Aceiteras Blanco, en el Retamar. En esos momentos se estaba fraguando una gran industria, como fue La Alcaparra, que luego decayó. La cooperativa La Merced se inició como asociación olivarera, y posteriormente, con la ley de cooperativas andaluzas agrarias de 1985 se legalizó la situación y se creó el primer consejo rector en 1964.

--¿Quién formaban el primer consejo rector?

--Lo formaron 50 montoreños. El presidente de la primera junta rectora era Rafael Rivas Serrano, el secretario Federico Porras Benítez, el tesorero Martín García León, los vocales Antonio Ager López, Miguel Madueño de la Cruz, Diego Medina Criado y Pedro Cachinero Sánchez. El primer gerente y autor del proyecto de la primitiva almazara fue el ingeniero industrial Luis Veredas Medina.

--¿Cuántos kilos de aceite han aportado esta campaña a Hojiblanca?

--1,5 millones de kilos, moliendo un total de 8 millones de kilos de aceituna. Hay que tener en cuenta que la cosecha en la provincia de Córdoba ha estado por encima de la media. Hay que tener en cuenta que nuestra almazara recibe aceituna tanto de sierra como de campiña, en una proporción de 55%--60% campiña y 40%--45% en sierra. Hay que tener en cuenta además que la media de kilos/socio de nuestra cooperativa es alta.

--¿Dónde está la solución al estancamiento del consumo en España?

--Sin duda está en la exportación. Todos estamos intentando que aumenten porque ahí sí hay un potencial enorme. El mundo el muy grande y se consume solamente un 2,5% del total de las grasas.

--¿Qué mensaje envía al sector con motivo de este aniversario?

--Hay que mirar al frente. En este momento el olivar de sierra está en pérdidas, a pesar de las subvenciones europeas. Se está sembrando más olivos, tanto intensivos como superintensivos. El olivar tradicional no puede soñar en esos costes. Por tanto hay que buscar soluciones.

--¿Cuál destacaría?

--Hay que pensar en la estructura del mercado, que es nefasta. Hay muchos vendiendo aceite y hay muy pocos para comprar porque la distribución se ha aglomerado en varios grandes compradores, que son los que se llevan el beneficio, y aprietan las tuercas enormemente. Por tanto, consiguen precios asombrosos. Ante esta situación, debemos concentrar la oferta para que no se aprovechen de los olivareros. Si tuviésemos grupos como Hojiblanca otro gallo cantaría. Hay que unificarse en grupos productores.

--¿Cómo ve el futuro de las cooperativas?

--Son entidades sin ánimo de lucro y todos los beneficios se reparten entre sus socios. Hoy es el sistema modelo a nivel social, sobre todo para el reparto de los beneficios entre los miembros de este tipo de entidad. Con la unificación de cooperativas se conseguiría incluir la figura de un gerente y lograr así la modernización de las mismas. Pero uno de los problemas actuales es el tamaño. Para reducir los gastos hay que hacerlas más grandes, por lo que las fusiones dan una mayor rentabilidad social. Incidiría notablemente en el bolsillo de los olivareros.