sábado, 22 de septiembre de 2012

Emotivo pregón de Juan María Muñoz en la feria de Pedro Abad

 A continuación reproducimos el emotivo pregón pronunciado por el perabeño Juan María Muñoz Díaz en la caseta municipal de Pedro Abad, totalmente abarrotadada de público para escuchar de su voz las impresiones que este profesor de SAFA tiene sobre las fiestas de su pueblo y como las ha vivido.

Estimados paisanos y amigos de Pedro Abad,

Antes de empezar este pregón de feria quiero agradecer a la Corporación Municipal por confiar en mí para poder dar la bienvenida a la Feria y Fiestas en honor al Santísimo Cristo de los Desamparados del año 2012.

También dar las gracias a todas las personas que me han apoyado en toda mi vida,…a mis padres por darme todo el cariño del mundo y ser un referente para mí: ¡Gracias por la buena educación y grandes valores que me habéis enseñado! ¿Como no agradecer a mi mujer Mª Ángeles por ser con la persona que convivo todos los días y además me aguanta? Ella me ha dado la mayor felicidad del mundo y no es fácil estar todos los días a mi lado… A mis hijos Juan María e Inmaculada porque ellos son los que hacen que todos los días me levante con una ilusión nueva. A mi hermano Andrés por ser el hermano que mas quiero - no tengo otro- pero sí es el reflejo donde me he mirado en cada momento de mi vida. Y a todo el resto de familia, sobrinos, primos, titos,…por animarme a realizar esto que hoy voy a hacer.

Gracias a mis compañeros del colegio SAFA “Rafaela María” por el ánimo y el aliento que diariamente hacen que nos involucremos más en nuestra bonita tarea de la educación.

Me faltan unas personas, las personas que siempre están conmigo y a los cuales les tengo una gran admiración, además para ellos también va este pregón de feria porque le voy a dedicar una gran parte de mis palabras. Se dice que la familia es la que te toca, pero los amigos se escogen. Yo sí supe escoger bien y por eso agradezco a mis amigos a los cuales ya era hora de agradecerles en público todo lo que han hecho por mí: ¡Va por vosotros!

No es fácil este momento, ya que por la cabeza de uno pasan tantas cosas y tantos recuerdos que son difíciles de plasmar en un solo instante. Lo que os voy a pregonar son las vivencias de un muchacho que nació allá por el año 1974 y que se divertía mucho cada vez que llegaba la Feria de su pueblo.

Tenemos que recordar todos que nuestra Feria es algo más que unas simples fiestas populares como la de muchos otros pueblos españoles. Nuestras Fiestas son en honor al Santísimo Cristo de los Desamparados, tan milagroso y tan venerable que hasta nuestra paisana más universal, Santa Rafaela María, lo llevaba en un imperdible sujeto en el camisón hasta el lecho de su muerte. Ella era muy devota de la imagen del Cristo.

Desde que era chico he vivido que cuando era la novena del Cristo venía tanta gente de los alrededores porque era,..y es,…muy milagroso. ¿Quién de nosotros no ha visitado el camerino del Cristo ante una  preocupación y le hemos pedido que nos la resuelva?

Cuando llega el mes de Septiembre, nuestro pequeño pueblo se engalana. Ya antes nuestros mayores han hecho todos sus deberes durante los meses de verano, han encalado las casas, han limpiado los corrales, han realizado esa pequeña obra que cada año hay que hacer: todo se pone bonito porque ya mismo es la Feria.

 Antes de llegar esos momentos de diversión, se escuchan cada día a las doce de la mañana y por la tarde a eso de las ocho, los cohetes para decir a todos los perabeños que la novena del Cristo ha comenzado ya.

Recuerdo que desde pequeño iba a la novena de la mano de mi madre y escuchaba con atención lo que el cura don Miguel Morales nos decía a todos los feligreses. También tuve la suerte de estar seis años de monaguillo, “Dicen que si quieres tener uno hijo pillo, hazlo monaguillo” - y creo que por eso me hice yo-. Como compañero de silla estaba Jesús Corredor, hoy un gran sacerdote en Montilla. A mi me introdujo en estos menesteres Antonio Giráldez, el cual se nos ha ido este año sin poder decirle adiós. ¡Seguro que nos estarás viendo y sonriendo!

Todo esto ocurría al terminar el verano; ya todo el mundo había vuelto de vacaciones, los niños nos concentrábamos en el paseo y esperábamos que el tito Pedro Cabello tirara los cohetes de la mañana. Nos dejaba estar cerca de él, siempre y cuando nuestro amigo Alfonsito hubiese terminado de embolsar las tan ricas magdalenas de Cabello. Algunas veces los amigos ayudábamos para que saliera antes. Una vez que estábamos en el paseo cogíamos nuestras bicis y dábamos vueltas sin parar.

Pero había en septiembre un acontecimiento que a todos nos ilusionaba,…tres o cuatro días antes de comenzar la feria llegaban los coches de tope. Siempre había un “espabilao” que nos decía que había visto llegar a las casa nuevas un camión de los Hermanos Rivas. Ya era toda la mañana ir al lugar donde ponían la feria, en las casas nuevas,  y ver como montaban los coches de tope. Después de los coches de tope ya iban llegando otros cacharritos, la noria, que por cierto había dos: una más pequeña puesta al lado de la caseta municipal y otra más grande ubicada en frente de la panadería de Benito;  la barca loca, que te entraban unas cosquillitas hacia arriba y hacia abajo sin cesar;  las “volaoras”;  los caballitos… Todos se ponían en el lugar que el Ayuntamiento les había adjudicado. Nosotros íbamos a ver como montaban esos aparatos.

Lo que más  me gustaba de este día era cuando mi padre, que de profesión era herrero, arreglaba todo aquello que le llevaban. Siempre había algún feriante que traía algo estropeado, y un buen amigo de mi padre, José Ayala. mas conocido como “El Tarta” le decía que se pasara por el taller de su amigo Andrés para que se lo arreglase. Mi padre se iba haciendo amigo de los feriantes y eso era muy bueno porque después le regalaban fichas para los cacharritos. Las fichas, ese gran tesoro para cualquier niño, aunque luego mi madre me las daba con cuentagotas. ¿Cuantos besos y cariños les tenía que hacer para que me diera otra ficha más?

También era una época de ensayar con los romanos, porque también he sido romano...no se cuántos años, y desde aquí les quiero dar mi mas sincera enhorabuena por lo bien que lo están haciendo en esta nueva etapa. Ensayar era algo divertido, bueno siempre y cuando no llegara Bernardo Sánchez con las voces y con las regañinas,…ahora te das cuenta que todo lo que decía era para nuestro bien. Lo que más me gustaba  ensayar en esa época era lo último que se tocaba el día de la víspera de la feria. Después de tocar los himnos e izar las banderas, pasábamos todos en fila india por la caseta de Padre Jesús, allí nos daban “el fereo”: ¡Mil pesetas de aquellos entonces! Nos poníamos todos locos de contentos. Una vez nos dieron dos mil pesetas, un billete rojizo, mil para mi amigo Antonio Román y otras mil para mí. Teníamos que ir a cambiarlas y claro yo era el mayor, así que me dieron a mí el dinero,…recuerdo que mi amigo Antonio no se retiró de mí en toda la noche hasta que no cambiamos el billete

“El fereo”, algo que se va perdiendo poco a poco y que creo que no es muy típico por otros pueblos, me atrevería a decir que es autóctono de Pedro Abad. La cosa es bastante sencilla: unos días antes de comenzar la feria vas a las casas de los abuelos, titos,..le das un besito y te sientas un buen rato. Le dices que ya han llegado los puestos de la feria,..y los mayores muy listos te preguntan por las notas, si te habías portado bien,.. y al final siempre se dice, anda toma este dinerillo para que te convides en la Feria…y uno se va tan alegre.  Era una táctica muy buena para contribuir a la economía de uno mismo.

¡Cuantas huchas hemos roto unos días antes de feria para ver el dinero que teníamos ahorrado!

 Algunas veces los padres te amenazaban con no darte “el fereo” y a lo largo de la semana previa a la feria hacías todos los recados que tu madre te decía. Espero que esta bonita tradición no se pierda, aunque este año con la crisis pocos fereos se van a poder dar.

Hay algo que no quiero dejar en el olvido cuando era niño. Recuerdo muy bien la caseta Relámpago ya que mis padres han sido siempre socios de ella. Recuerdo con añoranza esos juegos de niños que se hacían al mediodía, tengo un ligero visillo de hacer campeonatos de ajedrez, tenis de mesa, carrera de cintras en bicicleta y todo ello dentro de esa maravillosa caseta. Creo que por aquel entonces el presidente era José María Cuenca, más conocido como el del sindicato, y entre muchos otros padres pues eran los organizadores de todo aquello. Recuerdo a don Diego Jerez de la botica; a Ángel Polo que siempre estaba inventando cosas; a Francisco Aguilar, el del Bar Deportivo que nos llevaba regalos para los niños. Era el lugar de referencia de todos mis amigos porque íbamos a dar un paseo por la feria pero teníamos que darles vueltas a los padres para que vieran que estábamos bien. Buenos flamenquines y buenos montaditos de lomo me he comido allí cuando llevaba la caseta Andrés Lara...bueno el Ratón para entendernos.

Hoy día el presidente de la caseta es mi hermano Andrés y quiero darle las gracias a él y a su s amigos porque han sabido revitalizar la Caseta Relámpago aunque también se merecen un gran aplauso todos los que anteriormente han trabajado en esa caseta ya que con su dedicación han hecho que sea una caseta digna de admiración por los perabeños y donde todos se encuentran muy a gusto.

En mi recuerdo hay cosas que no se olvidan y una de ellas fue cuando vino a la Caseta Municipal el grupo de rock “Medina Azahara”: ¡Pedazo de concierto que dieron…!. Lo recuerdo perfectamente, y mira que hace años. La Caseta Municipal se ponía en el colegio de abajo, hoy instituto Sácilis. Yo estaba en un lateral, subido en unas rejas verdes al lado de los servicios. Estaba todo lleno, no cabía ni un alfiler, empezaron a tocar y cuando llegó la canción de “Paseando por la Mezquita” eso fue lo más… A partir de ese año ya empecé a comprarme las cintas de cassete de este gran grupo cordobés.
La caseta Municipal también ha sido un referente para todos, siempre ha sido una caseta para el pueblo y las actuaciones han estado muy adecuadas para todo tipo de edades.


Una vez que se pasa la etapa de la niñez, se llega a la adolescencia, tiempo de rebeldía y de ganas de comerte el mundo. Esa etapa la recuerdo muy bien en la feria. Cuando uno ya se cree que es mayor de edad y puede hacer de todo. Afloran casetas de marcha, de gente joven y llegan las casetas de diversión. Al principio de los noventa se inventa un tipo de casetas que eran una maravilla.

La primera que recuerdo es la TBO, que por cierto hace unos años hicieron un punto y aparte en la feria pero que ya podían terminar ese punto y comenzar de nuevo. Era una caseta que llevaban los hermanos de Castro Muñoz, los de la Macami, también conocidos como los hijos de la Mere. Era una caseta muy original y muy creativa. Todos los años se inventaban algo. Son los que introdujeron el mojito, las fiestas de camisetas, las jarras de barro, el pintarse el pelo, las fotografías en la puerta con muñecos...y -¿cómo no?- fueron los primeros en poner chorritos en la casetas. Cuando se escuchaba: “Rafalito, enchufa los chorritos”, la pista de baile era un hervidero de gente y todos salíamos mojados y empapados...bueno todos no: Bernardo Prieto, el pavero, se ponía su teja encima de la cabeza y no se mojaba. ¡Que risas en aquellos años! Cualquier persona que venía de fuera salía chorreando, pero le gustaba.

Otra de las casetas que se llevaban en aquella época era La Nosferatum. Su logotipo era un murciélago. La llevaban Damián Jurado, el del Barroco, y su mujer Isa; José Mª, el del video comunitario; mi prima Paqui Muñoz y algunos más. Era la caseta de la gente joven pero más adulta. Allí se inventó el baile encima de un andamio, las gymkhanas al mediodía con las motos, los chupitos,…pero sobretodo se caracterizó por la buena música a cargo de nuestro amigo Juan Carlos, el Signo. Un año esta misma gente también abrió la caseta Paka la Tomata, fue solo un año pero allí mi pandilla también se lo pasó en grande.

Hablando de casetas, había otra caseta que tenía mucha marcha sobretodo al mediodía. Era pequeña pero muy atractiva porque estaba organizada por un buen grupo de amigos (Chete, Fernando Arenas, Pepe Laín, las hermanas Triviño, Miguelín Luque, Javi Torrero y muchos más) se llamaba “La caseta Tío Pepe”. Estos se montaban cada fiesta que a los viandantes siempre los tenían entretenidos. Allí cantaban sobre todo sevillanas de las cuales de una me enamoré ya que se la dedicaban a nuestro pueblo, su estribillo decía esta gran verdad:

“Mi pueblo es chiquito, muy blanco y muy limpio, su gente fenomenal, mi pueblo señores,..es Pedro Abad”. El vello se me pone de punta cada vez que lo escucho.

Creo recordar que los componentes de esta peña también apoderaron al majestuoso torero “el Mazorca”, que varios años participó en las corridas de vaquillas que ponían en el campo de fútbol donde los burladeros eran los carromatos y allí se subían las personas a presenciar las grandes faenas. ¡Que tiempo más feliz!

No se me puede olvidar otra gran caseta para mi grupo de amigos...mejor dicho para nuestra pandilla. A veces no salíamos de allí en toda la noche: era La Tercia. El nombre creo recordar que se lo pusieron  porque antiguamente allí ponían la música de un baile que se llamaba con ese mismo nombre. Al principio estaba ubicada en donde está hoy el supermercado Día, allí entre chinos, bobinas de cables y palets de madera azul, los Garrido, los Bonosos y familiares en compañía del Litri nos deleitaban año tras año con la música más divertida y rockera. Cada vez que Miguel Vioque o su hermano Richard  nos veían, una cancioncilla de los Hombres G se escuchaba por los grandes altavoces. Esta caseta le encantaba a mi amigo Andrés Orgaz porque estaba cerca de su casa y ponían Bacardi del bueno. De allí también recuerdo que  Alfonso Arenas, el barbero, estaba desde que abrían hasta que cerraban ya que no quería que nadie le quitara sus gallinas que estaban al final de la caseta.


Nosotros siempre salíamos en pandilla y todos los días, al mediodía, nos juntábamos para tomarnos la cervecita, aunque al principio comíamos en cualquier bar con nuestros padres; pero en bares que había en la feria como el bar de Juan Manuel, con sus exquisitos pinchitos y algún que otro pescaito,.. El bar nuevo, que se caracterizaba por las patatas rellenas; el Bar de Pepe Higadillas, creo que todo el mundo sabe porqué se llamaba así, aunque nunca sabremos el secreto de tan buena comida; el bar de Mariano con sus ardientes freidurías; el Bar de Bollero, que por cierto allí no había una especialidad en concreto porque todo estaba muy rico y muy bueno…

Después de una comida rápida, todos los de la pandilla nos íbamos a una de estas casetas de diversión hasta las siete de la tarde y nos íbamos a nuestras casas para descansar un rato. Sobre las diez o las once llegábamos otra vez a la Feria y continuaba la marcha hasta bien entrada la noche. Momentos no muy lejanos en el tiempo que sería muy bueno recuperar.

Mirad lo que me ocurrió una vez, cuando estaba de novio con Mari Ángeles, mi esposa: llegamos de la Feria de mediodía un poco tarde, sobre las nueve de la noche. Yo había quedado con ella a las doce de la noche en la plazoleta. Ella llegó puntual como siempre y como veía que no llegaba, subió a mi casa y llamó varias veces a la puerta pero nadie le abrió. Ella se fue a la feria aunque sabía que no iba a estar allí. Sobre las cuatro de la mañana, me despierto sobresaltado, miro el reloj y me dije: ¡Madre Mía!, vaya plantón que le había hecho. Me levanté, me duché y me fui a la feria para ver si estaba, pero ya se había ido para su casa. Imaginaros los dos días de feria siguientes que pasé, no me dejó ni darle  un besito.

Hablando de besos, Antonio Román, Alfonso Galán, Alfonso Rojas y yo hicimos una vez un concurso de besos, bueno mas que un concurso fue que nos  pusimos detrás de una barra con un cartel donde ponía 5 duros un beso en la cara, 20 duros un beso en la boca…pero era que nos lo daban a nosotros los besos y el dinero. Al principio llegaron las amigas, después llegaron algunas primas, también llegaron personas que no conocíamos mucho pero todo era darnos besos en la mejilla. Hasta que llegó una persona y nos puso encima los 20 duros, entre risas y cachondeo pero a la misma vez estábamos nerviosos porque algunos teníamos novia; no sabíamos que hacer… al final nos dio el beso pero en la mejilla. Después de eso tuvimos que quitar el chiringuito, aunque ganamos dinero para comprarnos un cubata para cada uno.

Cuantos recuerdos buenos vividos al lado de los amigos, esos seres inseparables que están en todos los momentos de tu vida, tanto para lo bueno como para lo malo. Un amigo es de verdad cuando le dices que haga algo por ti pero sin pedir nada a cambio.

Por mi vida ya han recorrido 37 ferias y esta es la número 38. En algunas de ellas me han dado grandes alegrías: por deciros alguna, en la Feria del año 2001 me dijeron que tenía un contrato fijo en el colegio de la SAFA de Pedro Abad, imaginaos como me lo pasé ese año. Otro año, me llamaron a trabajar a Úbeda en vísperas de Feria y no pude venir hasta después de la fiesta del Cristo,…es verdad que cuando estas fuera de tu pueblo tienes más añoranza por él.

Sé que estamos en momentos austeros, pero la Feria es para vivirla cada segundo sin rencores ni enemistades. La feria es un gran momento para compartir con los demás, es un gran momento donde se nos tienen que aislar las diferencias y tener en mente que hay que convivir con todas las personas que nos visitan.




Familia perabeña, olvidémonos por unos días de los malos momentos que muchas personas están pasando, seamos serviciales con el forastero y agradecidos con nuestros compañeros. Os quiero desear unos magníficos días de Feria, donde reine la amistad, la diversión y -¿como no?- la felicidad.

Pero no quiero despedirme sin dejar por testamento una cosa que escuchaba cuando yo era pequeño y quiero que quede escrito para que lo sepa todo perabeño:



“Qué bonito, qué bonito,

         Qué bonito es Pedro Abad.

         Qué bonitas son sus casas,
        
         Qué mujeres más apañas.

         Si algún día yo me muero

         Y me muero en tierra extraña

         Que me traigan a Pedro Abad

         Que me traigan a Pedro Abad

Que me traigan a Pedro Abad

Por que es  lo más

         Bonito de  España”

Gracias a todos y disfrutad de la Feria 2012, porque os la merecéis.

Juan María Muñoz Díaz
-Pregonero de la Feria de Pedro Abad 2012-

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