La noche del Sábado Santo tuvo lugar en Pedro Abad la tradicional quema de Judas. Este año han sido 27 los sacrificados en las calles de esta localidad del Alto Guadalquivir, que, de manera espontánea, Antonio Mejías y Alfonso Castro han conseguido revitalizar con su estrambótico toque de tambor. Como si del flautista de Amelín se tratara, estos dos perabeños han conseguido que la Noche de la Quema de Judas se convierta en una tradición recuperada que se pierde en la noche de los tiempos. Más de 600 personas les acompañaban jaleando contra el Judas traidor, que por 13 monedas vendió a Jesucristo. Todos los barrios de este pequeño pueblo cordobés tenían un Judas para quemar. Los suelen colgar con alambres entre balcones de un lado a otro de la calle y entre el jolgorio de la gente van quemándose uno tras otro. Comienzan en la sede de la hermandad de la Virgen de los Dolores, lugar donde concluye entre abrazos y tertulias entre familiares y amigos.
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