Las palmas de Pedro Abad

De acuerdo a los evangelios canónicos, la Entrada a Jerusalén describe el momento en que Jesús de Nazaret entró triunfalmente a Jerusalén, en medio de una multitud que lo aclamaba como el Hijo de Dios. El Domingo de Ramos conmemora este hecho. La narración de la entrada a Jerusalén está escrita en el Nuevo Testamento, de la Biblia, siendo mencionada por todos los evangelios canónicos. Las palmas benditas recuerdan las palmas y ramos de olivo que los habitantes de Jerusalén batían y colocaban al paso de Jesús, cuando lo aclamaban como Rey y como el venido en nombre del Señor. Si las costumbres no se mantienen tienden a perderse. Cuando culmina el Domingo de Ramos, en la localidad de Pedro Abad hay una bonita tradición que sigue viva gracias a varias familias. Las palmas bendecidas que salen en la procesión, algunas de ellas son labradas de una forma muy peculiar, se les da forma para que queden con una ornamentación especial.

   Estas palmas sirven como decoración en los balcones de muchas casas. En casa de Isabel Prieto Jurado se viene haciendo esta tradición desde hace muchos años. Recuerda que su madre, Juana Jurado, acostumbraba a labrar la palma en su casa una vez que terminaba la procesión de La Borriquita. Su marido, Antonio Prieto, le ayudaba en esta tarea y le decía cómo tenía que ir entrelazando las hojas de esta planta. Según narra Isabel, “mis padres ritual siempre el mismo ritual”. Hoy sigue viva la forma de elaborarlas. Todo se hace como antiguamente, a mano, y con una duración de unas cuatro horas. No hay ninguna igual, ya que cada palma es diferente y ya depende de la complejidad que uno quiera darle al diseño. Al final de todo el proceso se peina la parte final de la palma y se corta el rabo.  Hoy Isabel también enseña, junto con su hermana Lola Prieto, a sus hijos, sobrinas y amigos la labranza de la palma. Todo ello aderezado de unos buenos pestiños y roscos de Semana Santa. Debemos intentar que esta forma de adornar la palma no se pierda ya que es una bonita tradición en muchos pueblos cordobeses.