miércoles, 29 de mayo de 2013

María del Sol Amil, una vida entera dedicada a los suyos

María del Sol Amil Regalón es una mujer de 64 años vecina de Adamuz, hija de Antonio, empleado esporádico en una carpintería metálica, y de Ángela, ama de casa y dedicada a las laborares agrícolas.

Desde muy pequeña se dedicó a trabajar en el campo junto con su hermana y su madre para poder sacar a su familia adelante, pasando largas temporadas fuera de su casa y aprovechando todas las campañas de recolección habidas y por haber: aceituna, maíz, trigo, remolacha, etc. Es por esta razón, que María del Sol aprendió a leer y escribir, entre los meses que aguardaba en casa hasta la próxima campaña y mediante los libros prestados de sus amigas.
Entre una recolección y otra, y por el amor que le tenía a la costura, obtuvo el título de Modista del Sistema Marti otorgado por una academia de Barcelona, lo que le permitió trabajar en este oficio durante los meses que no trabajaba en el campo.
A parte de realizar, numerosos trabajos de costura a gran parte de las vecinas de la localidad, fue profesora de numerosas jóvenes que querían seguir sus pasos.

Entre tanto, María del Sol conoció a Jose María Regalón, joven local, de profesión camionero, vendedor de frutas y hortalizas y trabajador incansable, cuyo padre (Jose María Carmona), regentaba desde 1957 una taberna en Adamuz, llamada el Chaparro, nombre debido a la abundancia de este árbol en la finca de la cual era encargado (La Dehesa Vieja).

Es a partir de este momento, con la unión de María del Sol a Jose María, cuando ésta empieza a tomar contacto con el mundo de la hostelería.

En 1977, regentando ya el negocio el matrimonio, y por la buena aceptación de sus clientes, realizan la primera reforma al Bar Chaparro, ampliando el mismo. Es María del Sol la que se encarga del negocio, contando con la ayuda constante de José María. Por estos tiempos, se funda la Peña Madridista Quinta del Buitre, cuya sede se estableció en el Bar.

Entrega de premios de la Peña Madridista en la Sede establecida en el Bar Chaparro (Planta de arriba)



Comida de la Peña Madridista en el Salón del Bar Chaparro
Durante este tiempo, María del Sol dedica todos sus esfuerzos en ofrecer una carta de comida, novedosa en el municipio, tomando recetas de allí y de aquí y visitando lugares que aportaran a sus tapas una singularidad exquisita. Aquí nacen, los primeros inigualables pinchos morunos, los tradicionales cogollos al ajillo, el lechoncillo frito o las deliciosas gambas cocidas de Huelva.

No podemos olvidar que por 1977, el matrimonio ya tenía un hijo, Jose Mª, el cual tenía 4 años y en ese mismo año, nació la pequeña, Marisol.
María del Sol, trabajadora como nadie, tenía que compaginar su trabajo en el bar con el cuidado de sus hijos, ambos pequeños y con la necesidad de muchos cuidados.
Su marido José, compañero inagotable, ayudaba a María del Sol en todo momento, sirviendo en el bar, elaborando tapas con ella, cuidando de los pequeños, realizando las compras del negocio, etc., etc., a parte de dedicarse a las labores del campo como agricultor.

En 1988, el matrimonio decide realizar una gran reforma a su negocio, comprando parte del terreno anexo para ampliar la cocina y abrir dos nuevos salones totalmente equipados, una sala cafetín (Planta de arriba) y un salón comedor (a parte de la zona de Cafetería). En este momento, se pasará a llamar Restaurante-Cafetería Chaparro.



 

Desde esta segunda reforma hasta la siguiente, en 2006, es cuando el negocio de Mª Del Sol toma más auge, teniendo la necesidad de contar con personal a su cargo para ayudarle en su labor diaria.

Será primordial el trabajo de su marido y de su hijo mayor, Jose Mari, que guiado por el amor a este trabajo, comienza a trabajar en el negocio, desde muy joven.






Gracias a ellos, es en estas fechas, cuando se comienzan a realizar los primeros eventos y celebraciones externos, a parte de las realizadas en la cafetería (cenas de gala, eventos sociales, desayunos de trabajo, almuerzos de negocios, cenas con amigos o familiares, celebraciones especiales, meriendas de todo tipo, eventos deportivos, bautizos, comuniones, etc.), servicios de catering en fincas, en empresas, asistencia a ferias gastronómicas, etc. Viendo la necesidad de adquirir un menaje y equipamiento amplio para cubrir dichos servicios.


En el año 1998, se amplia el negocio de la restauración ofreciendo un servicio de alojamiento a través del Hostal San Andrés de 2 estrellas, que pasa a gestionar su hijo Jose María. En un principio, con un total de 12 habitaciones, y con una ampliación a posteriori, y tras la buena marcha del mismo, de 21 habitaciones para disfrute de sus clientes. Habitaciones con todas las comodidades, baño completo, televisión vía satélite, teléfono, caja de casuales, aire acondicionado calefacción, minibar e Internet.
Por este tiempo, María del Sol comienza a ofrecer las carnes a la parrilla, el tradicional ya, pero único en sus inicios, Chaparrito Ibérico (presa ibérica) o la carrillada en salsa, carne de monte, sopas o pescados fritos y plancha o la novedosa Bravía a la espalda (Tilapia), que atrajo al Canal Sur a las instalaciones del Chaparro.
El Restaurante iba tomando auge a todos los niveles, siendo muchos clientes los que venían buscando el Chaparrito Ibérico, la Bravía a la espalda, las gambas cocidas o el novillo a la parrilla.
Trabajadora incansable, día, noche, periodos de descanso, etc., la vida le pasó factura el 24 de Diciembre de 2002, produciéndole un derrame cerebral que la tuvo 20 días en la UCI del Hospital Reina Sofía de Córdoba y un total de 35 días hospitalizada.
Cuando ningún médico daba esperanza alguna por su vida, milagrosamente salió adelante, sin ningún daño aparente.
El nacer de nuevo, “como ella dice”, marcará su vida para siempre, al menos, durante los próximos años de su vida.
María del Sol, ya no estaba físicamente en la cocina del bar, debido a la tensión emocional que le producía los momentos de más trabajo, pero se encargaba de elaborar toda la comida desde su cocina de casa, según decía ella, “en algo me tengo que entretener”.
Poco a poco, María del Sol, fue retomando el curso de su vida, y de su negocio.
Ante la necesidad de complementar la oferta ofrecida por el alojamiento en el Hostal: de desayuno, media pensión o pensión completa, María del Sol tuvo la necesidad de elaborar un menú diario, el cual ofrecer a los clientes alojados en el mismo.
Esta fórmula perfecta que sigue en la actualidad creó la necesidad de habilitar un  Salón Comedor para los clientes que demandaban el menú diario, a parte de otras exigencias requeridas, para inscribir al Bar Chaparro como Restaurante de 2 tenedores por el Registro de Turismo de Andalucía.
Siguiendo lo anterior, en 2006, se realiza la última reforma al negocio, quedando las instalaciones con un estilo más moderno y funcional. Gracias a una inconfundible carta de comida tradicional y de constancia de más de 50 años, el Restaurante Chaparro fue recomendado en nuestra comarca por diversos medios de comunicación.

Fruto de todo este trabajo, el Grupo CHAPARRO, como se denomina en la actualidad, ha pasado a gestionar recientemente el Salón de Bodas La Villa situado también en Adamuz y con un pronóstico de futuro muy esperanzador.



María del Sol sigue al pie del cañón, dedicada en cuerpo y alma al negocio que vio nacer hace más de 40 años, sobre todo, en la elaboración de comidas del Restaurante.
En la actualidad, es su hijo, José Mari, con la vitalidad y agudeza empresarial que ha heredado de sus padres, el que gestiona el Grupo empresarial.
Con motivo de su jubilación, en julio de 2013, María del Sol, promete alejarse de su vida dedicada a la hostelería, aunque los que la conocemos, seguimos pensando que tendremos que verlo para creerlo.
Porque pensamos que es una mujer caracterizada por adelantarse siempre a los tiempos, con una entrega y dedicación inigualable a todo lo que hace y por ser una esposa, madre y abuela, como pocas hay, pensamos que se merece este pequeño reconocimiento de nosotros, su familia.


TE QUEREMOS

1 comentario:

Anónimo dijo...

Su sobrino Javi, desde muy lejos, puede dar fe en la parte que le toca que además de todo lo referido a ella en el articulo, ha sido y es una tía (tita) espectacular (sin menos preciar al resto de mis titas). Cuando digo ESPECTACULAR, me refiero en todos los sentidos, ósea que también quiero aclarar que envuelta en fogones, tapas, y mil labores caseras, me ha atendido de una forma amable, especial, atenta, y sobre todo muy generosa y afectiva. Por todo esto, que no es poco, me sumo humildemente a darle las enormes gracias por su contribución a entre otras cosas; a unos veranos cuyos recuerdos son parte de la base de mi educación, y actual felicidad. También como no de los michelines que lucí en mi infancia/juventud y actual madurez, se los debo a ella, y a su madre (mi abuela) que se empeñaron el hincharme como a un pavo, jajajaj tita te quiero con locura.

Madre mía que recuerdos aquellos lunes, deseando toda la semana que llegaran, para irnos con aquel pedazo SEAT 1500 y la música de los chichos a la piscina hasta altas horas de la noche. Joder que recuerdos…

Bueno no me quiero alargar, pero me gustaría recordarle a las buenas mujeres que detrás de cada una de ellas hay un GRAN HOMBRE, mi tía seguro que lo sabe. En este caso se llama JOSÉ, bueno JOSELIN!!

PD. Al autor de este reconocimiento me queda que decirle que es un poco CABRON!!, que me ha hecho llorar de emoción y sobre todo me ha recordado que soy un gran afortunado por ser TU sobrino, TITA!!


CUANDO SE ELABORADA ALGO CON CARIÑO Y CON LOS CINCO SENTIDOS, EL RESULTADO ES MARAVILLOSO Y BUENISIMO. EN EL CHAPARRO, SE NOTA CON EL CARIÑO QUE SE HACEN LAS COSA.

TE QUIERO!!

Besos de Álvaro.

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