Adamuz celebró anoche su tradicional fiesta de "los culiquemaos"

Los vecinos de Adamuz, popularmente conocidos como "culiquemaos", volvieron a hacer anoche honor a su apodo con el encendido de decenas de fogatas para conmemorar la festividad de La Candelaria. Las calles de todos los barrios se llenaron de candelas de romero sobre las cuales saltaban los vecinos de forma jocosa. Realmente se trata de una festividad que se pierde en la noche de los tiempos y que sirve para auyentar a los malos espíritus. Fuera del casco urbano, cuando el visitante se acerca a esta localidad tal noche como la pasada observa como un halo de humo cubre todo el pueblo. El olor a romero quemado se funde con el jolgorio y la diversión en una noche fría de temperatura pero acalorada por las brasas y por el buen ambiente y armonía de las personas que celebran esta tradicional fiesta. Los vecinos se ponen de acuerdo para organizar la velada, poniendo cada uno las mejores viandas, aperitivos y pescados. El Ayuntamiento también promociona la fiesta y en el parque de La Tremesina organiza varias fogatas, aparte de ofrecer más de 200 kilos de morcilla asada, costillas y panceta, que son degustadas por todos los que se acercan al lugar. Sin duda, se trata de una celebración que cada año congrega a todos los vecinos del pueblo y que poco a poco se va notando un mayor número de visitantes. Cada 1 de febrero merece la pena acercarse hasta este pueblo serrano para disfrutar de sus candelas y, el que salte, seguro que se le llamará "culiquemao". Los corros alrededor de las candelas al canto de "a la flor del romero, romero verde" se suceden por todas las candelas que se preparan sobre el asfalto de las calles.